lunes, 29 de octubre de 2012

O SAMAÍN ANTES QUE HALLOWEEN


 

Samain antes que Halloween

 

Siglos antes de que el cine de Hollywood le exportara al mundo la festividad del Halloween, en numerosos lugares de España y en buena parte de Iberoamérica se celebraban el día y la noche de Samain, jornadas en la que la gente ponía en sus casas calabazas imitando calaveras junto a vasos de vino y algunos alimentos.

 

A la mañana se comprobaba que los espíritus habían consumido durante la penumbra aquellas bebidas y viandas, antes de volver a sus tumbas hasta el año siguiente.
Los viejos aún recuerdan, al menos desde Cantabria hasta Galicia y medio Portugal, el nombre de Samain, término celta que perdura desde hace casi tres mil años, y que también se llama así en Irlanda, que lo exportó a EE.UU., y este lo devolvió con su terrorífico cine gótico-humorístico.


Que los jóvenes españoles crean ahora hollywoodiense algo tan ancestral y propio es igual que tomar por californiano a Don Quijote porque aparece en una película de la Warner.

 

En Iberoamérica, especialmente en México, el Día de Todos los Santos y la noche de los muertos es una fiesta esencial del calendario. Las procesiones de coloristas disfraces, las calaveras, las figuras de miga de pan, son mezcla de religión y folclore, Samain y culto a la muerte de los pueblos nativos.
 

Lo sorprendente es que, a pesar de sus 75 años de edad, el obispo de Sigüenza- Guadalajara, José Sanchez, denuncie el Halloween en una homilía como paganismo cinematográfico, ignorando que calabazas y fantasmas son parte de nuestro Samain.
 
Sepa, don José, que no es paganismo cinematográfico. Es paganismo autóctono, Y recuerde que, aunque el cristianismo trató de erradicarlo, terminó adoptándolo: por eso el papa Gregorio IV convirtió el viejo Samain en fiesta de Todos los Santos en el año 840.

SAMAIN – La noche de los espíritus




Las pervivencias de la cultura celta en España son tan númerosas como variadas y van desde utensilios como carros y aperos de labranza a costumbres como la de beber cerveza (término de origen céltico) o el uso del jabón.
También formarían parte de esa herencia determinada costumbres, como las hogueras de San Juan, y celebraciones como el Samaín (Samhain).


El Samaín

Hasta su conversión al cristianismo, el Samaín (Samhain) fue la celebración más importante del calendario celta. El Samaín (etimológicamente “final del verano”) representaba el ritual de la última cosecha y el regreso de los rebaños a los establos. Los celtas asociaban la noche de Samaín con el momento en el que el mundo del sidh – el otro mundo celta – se abría al mundo de los vivos, lo que convertía a esta celebración en el momento idóneo para recordar y rendir culto a los ancestros fallecidos.

Durante la noche de Samaín, los espíritus volvían a caminar sobre la tierra; los espíritus de los familiares eran bienvenidos y se preparaban alimentos para ellos. En cambio, las almas malignas debían ser ahuyentadas para lo que los celtas introducían velas rudimentarias en el interior de las calaveras de los enemigos muertos y las colocaban en los cruces de caminos y los castros.
En la actualidad el Samaín continúa celebrándose por los seguidores de movimientos neo-paganos, como la wicca y el druidismo.

El Samaín es la fiesta celta de surgimiento anterior al Halloween norteamericano que se celebra el día de difuntos en Galicia, es decir, el 1 de noviembre.
 
 SANTAC~1
Aunque fueron los americanos los que la exportaron, poco a poco se va extendiendo la celebración del Samaín pues hemos dejado atrás los tiempos de en los que nos comíamos sin rechistar todo lo que viniese de los USA. Si tenemos una fiesta aquí, ¿por qué coger la suya?

Existen algunas diferencias en los rituales de la celebración; allí se hacen calabazas para honrar a los muertos y aquí se recogen castañas; según la creencia, cada castaña recogida es el alma de algún difunto a la que hemos acompañado al cielo. (Yo he acompañado a unas 200 este año.) 




También la vestimenta es distinta, en América la gente se disfraza de zombie mientras que aquí hay que disfrazarse de ‘esquelete’, es decir, de miembro de la Santa Compaña, y en vez de ir por las casas ofreciendo el típico ‘Truco o Trato’ (Trick or treat), en Galicia se lleva más ir en grupo y pedir por las casas un chupito de alguna variedad autóctona (hierbas, orujo, café…) bajo pena de que, si no lo ofrecen, pronto volverán a visitar esa casa para llevarse a alguien.


 
Socialmente, el auge y extensión de estas celebraciones nos indica que el ser humano está superando la etapa de asociación de la muerte con algo oscuro y tenebroso, y poco a poco vamos entendiendo que pese a ser un momento triste, la muerte no es sino un ciclo más en la vida. Está bien perderle un poco el miedo e incluso festejar con alegría el descanso de los que queremos.

Que paséis un feliz Samaín y sobre todo, no olvidéis hacer click en la publicidad… o yo mismo iré a visitaros y me encargaré de vuestras almas.




ARTÍCULO DE MARAVILLAS DE GALICIA:http://www.productosgallegosartesanales.com/
 

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