Samain antes que Halloween
Siglos antes de que el cine de Hollywood le exportara al mundo la
festividad del Halloween, en numerosos lugares de España y en buena
parte de Iberoamérica se celebraban el día y la noche de Samain,
jornadas en la que la gente ponía en sus casas calabazas imitando
calaveras junto a vasos de vino y algunos alimentos.
A la mañana se comprobaba que los espíritus habían consumido durante
la penumbra aquellas bebidas y viandas, antes de volver a sus tumbas
hasta el año siguiente.
Los viejos aún recuerdan, al menos desde Cantabria hasta Galicia y
medio Portugal, el nombre de Samain, término celta que perdura desde
hace casi tres mil años, y que también se llama así en Irlanda, que lo
exportó a EE.UU., y este lo devolvió con su terrorífico cine
gótico-humorístico.
Que los jóvenes españoles crean ahora hollywoodiense algo tan
ancestral y propio es igual que tomar por californiano a Don Quijote
porque aparece en una película de la Warner.
En Iberoamérica, especialmente en México, el Día de Todos los Santos y
la noche de los muertos es una fiesta esencial del calendario. Las
procesiones de coloristas disfraces, las calaveras, las figuras de miga
de pan, son mezcla de religión y folclore, Samain y culto a la muerte de
los pueblos nativos.
Lo sorprendente es que, a pesar de sus 75 años de edad, el obispo de
Sigüenza- Guadalajara, José Sanchez, denuncie el Halloween en una
homilía como paganismo cinematográfico, ignorando que calabazas y
fantasmas son parte de nuestro Samain.
Sepa, don José, que no es paganismo cinematográfico. Es paganismo
autóctono, Y recuerde que, aunque el cristianismo trató de erradicarlo,
terminó adoptándolo: por eso el papa Gregorio IV convirtió el viejo
Samain en fiesta de Todos los Santos en el año 840.
SAMAIN – La noche de los espíritus
Las pervivencias
de la cultura celta en España son tan númerosas como variadas y van
desde utensilios como carros y aperos de labranza a costumbres como la
de beber cerveza (término de origen céltico) o el uso del jabón.
También formarían parte de esa herencia determinada costumbres, como las hogueras de San Juan, y celebraciones como el Samaín (Samhain).
También formarían parte de esa herencia determinada costumbres, como las hogueras de San Juan, y celebraciones como el Samaín (Samhain).
El Samaín
Hasta su conversión al cristianismo, el Samaín (Samhain)
fue la celebración más importante del calendario celta. El Samaín
(etimológicamente “final del verano”) representaba el ritual de la
última cosecha y el regreso de los rebaños a los establos. Los celtas
asociaban la noche de Samaín con el momento en el que el mundo del sidh
– el otro mundo celta – se abría al mundo de los vivos, lo que
convertía a esta celebración en el momento idóneo para recordar y rendir
culto a los ancestros fallecidos.
Durante la noche de Samaín, los espíritus volvían a caminar sobre la tierra; los espíritus de los familiares eran bienvenidos y se preparaban alimentos para ellos. En cambio, las almas malignas debían ser ahuyentadas para lo que los celtas introducían velas rudimentarias en el interior de las calaveras de los enemigos muertos y las colocaban en los cruces de caminos y los castros.
En la actualidad el Samaín continúa celebrándose por los seguidores de movimientos neo-paganos, como la wicca y el druidismo.
El Samaín es la fiesta celta de surgimiento anterior al Halloween
norteamericano que se celebra el día de difuntos en Galicia, es decir,
el 1 de noviembre.
Aunque fueron los americanos los que la exportaron, poco a poco se va extendiendo la celebración del Samaín pues hemos dejado atrás los tiempos de en los que nos comíamos sin rechistar todo lo que viniese de los USA. Si tenemos una fiesta aquí, ¿por qué coger la suya?
Existen algunas diferencias en los rituales de la celebración; allí se hacen calabazas para honrar a los muertos y aquí se recogen castañas; según la creencia, cada castaña recogida es el alma de algún difunto a la que hemos acompañado al cielo. (Yo he acompañado a unas 200 este año.)
También la vestimenta es distinta, en América la gente se disfraza de zombie mientras que aquí hay que disfrazarse de ‘esquelete’, es decir, de miembro de la Santa Compaña, y en vez de ir por las casas ofreciendo el típico ‘Truco o Trato’ (Trick or treat), en Galicia se lleva más ir en grupo y pedir por las casas un chupito de alguna variedad autóctona (hierbas, orujo, café…) bajo pena de que, si no lo ofrecen, pronto volverán a visitar esa casa para llevarse a alguien.
Socialmente, el auge y extensión de estas celebraciones nos indica que el ser humano está superando la etapa de asociación de la muerte con algo oscuro y tenebroso, y poco a poco vamos entendiendo que pese a ser un momento triste, la muerte no es sino un ciclo más en la vida. Está bien perderle un poco el miedo e incluso festejar con alegría el descanso de los que queremos.
Que paséis un feliz Samaín y sobre todo, no olvidéis hacer click en la publicidad… o yo mismo iré a visitaros y me encargaré de vuestras almas.
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