LA PIRÁMIDE DEL SOL
La
Pirámide del Sol guarda aún muchos secretos, como descubrieron
arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
quienes encontraron la escultura más grande de Huehuetéotl, Dios Viejo o
del Fuego, hallada en la zona de Teotihuacán. La escultura fue
encontrada en la cúspide de la pirámide, a una altura de 66 metros,
junto a ella estaban dos estelas completas de piedra verde y el
fragmento de otra, que debieron decorar el templo que coronaba esta
edificación hace 1,500 años y que fue destruido por los propios
teotihuacanos, informó este martes el INAH. Las recientes
exploraciones en la cima de la pirámide son las primeras en realizarse
en este espacio y fueron conducidas por el arqueólogo mexicano Alejandro
Sarabia, junto con el doctor Saburo Sugiyama, de la Universidad
Provincial de Aichi (Japón). Las piezas se encontraron al interior de
una fosa de 4 metros de ancho, 17 de largo y 5 metros de profundidad. La
escultura de Huehuetéotl se halló en un
75% de su totalidad, fue realizada en andesita gris, tiene 58 cm de
altura y pesa alrededor de 190 kilos, informó el instituto en un
comunicado. La representación conserva parte de su pigmentación
original sobre los diseños geométricos en bajorrelieve, de acuerdo con
los investigadores dista de otras representaciones de la deidad porque
porta un antifaz y moños, tanto en la cabeza como en el cuello. Este
descubrimiento, aunado al hallazgo en 1906 de un brasero y varios
símbolos escultóricos de la ceremonia sagrada del Fuego Nuevo, podría
indicar que la Pirámide del Sol fue escenario de cultos de carácter
ígneo, es decir, dedicados al fuego, informó el INAH. En cuanto a las
dos estelas que fueron halladas completas, una es el monolito verde más
grande de los 20 registrados hasta el momento en Teotihuacán, mide 2.56
metros de largo y pesa 955 kilos, y se encontró a 4.30 metros de
profundidad. La segunda estela mide 1.40 metros de alto y pesa 300
kilos. De acuerdo con la arqueóloga Nelly Zoé Nuñez Rendón,
investigadora responsable de las excavaciones, la poca profundidad en
que fueron hallados los nuevos objetos indica que cuando el arqueólogo
Leopoldo Batres reconstruyó la Pirámide del Sol, hace poco más de un
siglo, sólo cubrió la cima sin antes excavar el área, por lo que la
pirámide aún puede guardar secretos. En 2010, arqueólogos mexicanos
hallaron túneles debajo de la ciudad de Teotihuacán, los cuales
consideran pueden conducir hasta tumbas perdidas de sus antiguos
gobernantes. Teotihuacán alcanzó su apogeo entre los años 250 y 500
d.C. cuando tuvo una población cercana a los 150,000 habitantes y llegó a
ser la sexta ciudad más grande del mundo después de Constantinopla y
Alejandría.
— Arqueólogos descubren escultura de 190 kilos dentro de la Pirámid (5 fotos)
LA PIRÁMIDE DEL SOL
La
Pirámide del Sol guarda aún muchos secretos, como descubrieron
arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
quienes encontraron la escultura más grande de Huehuetéotl, Dios Viejo o
del Fuego, hallada en la zona de Teotihuacán. La escultura fue
encontrada en la cúspide de la pirámide, a una altura de 66 metros,
junto a ella estaban dos estelas completas de piedra verde y el
fragmento de otra, que debieron decorar el templo que coronaba esta
edificación hace 1,500 años y que fue destruido por los propios
teotihuacanos, informó este martes el INAH. Las recientes
exploraciones en la cima de la pirámide son las primeras en realizarse
en este espacio y fueron conducidas por el arqueólogo mexicano Alejandro
Sarabia, junto con el doctor Saburo Sugiyama, de la Universidad
Provincial de Aichi (Japón). Las piezas se encontraron al interior de
una fosa de 4 metros de ancho, 17 de largo y 5 metros de profundidad. La
escultura de Huehuetéotl se halló en un
75% de su totalidad, fue realizada en andesita gris, tiene 58 cm de
altura y pesa alrededor de 190 kilos, informó el instituto en un
comunicado. La representación conserva parte de su pigmentación
original sobre los diseños geométricos en bajorrelieve, de acuerdo con
los investigadores dista de otras representaciones de la deidad porque
porta un antifaz y moños, tanto en la cabeza como en el cuello. Este
descubrimiento, aunado al hallazgo en 1906 de un brasero y varios
símbolos escultóricos de la ceremonia sagrada del Fuego Nuevo, podría
indicar que la Pirámide del Sol fue escenario de cultos de carácter
ígneo, es decir, dedicados al fuego, informó el INAH. En cuanto a las
dos estelas que fueron halladas completas, una es el monolito verde más
grande de los 20 registrados hasta el momento en Teotihuacán, mide 2.56
metros de largo y pesa 955 kilos, y se encontró a 4.30 metros de
profundidad. La segunda estela mide 1.40 metros de alto y pesa 300
kilos. De acuerdo con la arqueóloga Nelly Zoé Nuñez Rendón,
investigadora responsable de las excavaciones, la poca profundidad en
que fueron hallados los nuevos objetos indica que cuando el arqueólogo
Leopoldo Batres reconstruyó la Pirámide del Sol, hace poco más de un
siglo, sólo cubrió la cima sin antes excavar el área, por lo que la
pirámide aún puede guardar secretos. En 2010, arqueólogos mexicanos
hallaron túneles debajo de la ciudad de Teotihuacán, los cuales
consideran pueden conducir hasta tumbas perdidas de sus antiguos
gobernantes. Teotihuacán alcanzó su apogeo entre los años 250 y 500
d.C. cuando tuvo una población cercana a los 150,000 habitantes y llegó a
ser la sexta ciudad más grande del mundo después de Constantinopla y
Alejandría.
— Arqueólogos descubren escultura de 190 kilos dentro de la Pirámid (5 fotos)
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