Se derrumba parte del techo del reactor nuclear dañado de Chernóbil
El nuevo sarcófago en construcción constituye una gigantesca bóveda de acero que, con sus cuatro piezas en forma de arco, tendrá un peso total de más de 20.000 toneladas. Las dimensiones, una vez finalizado, serán de 257 metros de largo, por 150 de ancho y 108 de alto. Las obras deberán terminar, en principio, para el 2018 y se prevé también la creación de un cementerio nuclear para enterrar los desechos radiactivos que se encuentran bajo el actual sarcófago, además de los de los otros tres reactores de Chernóbil.
A pesar de la catástrofe de 1986, Ucrania no solo no ha renunciado a la energía nuclear, sino que tiene planes de ampliarla. El cementerio de Chernóbil acogerá asimismo los residuos de las otras centrales del país —las de Jemlnítski, Rovno, Ucrania del Sur y Zaporozhie— y las de los reactores que construyan en el futuro.
Aunque no se sabe con certeza qué fue lo que causó el derrumbe del martes, algunos expertos, como Olga Kosharnaya, piensan que se debe a la rápida degradación sufrida por los materiales de construcción bajo los efectos de la radiación.
Mientras tanto, en Ucrania se estudia la conveniencia de demoler los edificios de vivienda de la abandonada ciudad de Pripiat y enterrar sus escombros radiactivos. Sin embargo, hay opositores a la idea que argumentan que la medida significará un duro golpe para el turismo especializado en excursiones a la zona de Chernóbil. En cualquier caso, incluso si se decide acabar con Pripiat, ello no sucederá en los dos próximos años debido a la falta de financiación.
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