El misterio del submarino nazi de las islas Cíes
Expertos y testigos creen que un pecio localizado en la ría de Vigo el
pasado mes de agosto podría ser, por «su relieve y dimensiones», de un
submarino alemán hundido en 1943
Durante la fase más sangrienta
de la Segunda Guerra Mundial, los temidos submarinos nazis recurrieron
clandestinamente a las costas gallegas para intensificar su tenaz
batalla por hundir o destruir cualquier buque aliado que desafiara
cruzar el Atlántico. Los puertos de Vigo y Ferrol eran vitales para el
objetivo de Hitler de aislar y asfixiar a Gran Bretaña y la resistencia
en Europa. Los necesitaba como base para mercantes y petroleros alemanes
de avituallamiento y abastecimiento de combustible y alimentos para los
llamados U-boots, lo que permitía alargar sus cacerías sin cuartel al
no tener que regresar a sus bases en Francia o Alemania.
Según documentos oficiales, los sumergibles alemanes establecían
contacto con los buques nodriza bien en los propios puertos, con el
beneplácito de las autoridades franquistas, o en las rías gracias a
embarcaciones de motor que se reunían con ellos en puntos convenidos.
Incluso existieron rumores -por otra parte absurdos- que afirmaban que
habían llegado a entrar hasta los amarres en Rande, en la ría de Vigo,
para cargar wolframio, el preciado material que Berlín necesitaba para
mantener su maquinaria de guerra. La primera operación en Galicia se
produce el 18 de junio de 1940 cuando el submarino U-43, que hundió 23
barcos durante la contienda, entra en Vigo y se coloca al costado del
mercante «Bessel» para recibir 101 toneladas de gasoil durante cuatro
largas horas. Dos días después, el U-29 repite la operación, aunque en
ese caso sólo puede cargar 35 toneladas.
Para evitar
suspicacias, los suministros se trasladan a la noche y, por ejemplo,
entre noviembre y diciembre de 1941 distintos submarinos, como los U-574
y U-434, llenan sus bodegas del mismo modo. En el caso de estos dos
últimos, su objetivo era prepararlos para destruir un convoy aliado
procedente de Gibraltar. Sin embargo, la fortuna no les acompañó. El
U-434 resultó gravemente dañado durante el ataque y fue capturado por
los británicos, que interrogaron a la tripulación. El secreto quedó al
descubierto al reconocer los alemanes que se habían reabastecido en
«Bernardo», nombre en clave del puerto vigués. Los servicios de
espionaje aliados redoblaron su vigilancia en tierras gallegas, que
pronto se convirtieron en un verdadero nido de espías. Las protestas de
Londres y Washington obligaron al régimen de Franco a impedir el
reabastecimiento en puerto y, por tanto, los buques nodriza alemanes se
transformaron para aprovisionar en alta mar pero lo más cerca posible de
las rías y costas gallegas.
Fuente: ABC
El misterio del submarino nazi de las islas Cíes
Expertos y testigos creen que un pecio localizado en la ría de Vigo el pasado mes de agosto podría ser, por «su relieve y dimensiones», de un submarino alemán hundido en 1943
Durante la fase más sangrienta de la Segunda Guerra Mundial, los temidos submarinos nazis recurrieron clandestinamente a las costas gallegas para intensificar su tenaz batalla por hundir o destruir cualquier buque aliado que desafiara cruzar el Atlántico. Los puertos de Vigo y Ferrol eran vitales para el objetivo de Hitler de aislar y asfixiar a Gran Bretaña y la resistencia en Europa. Los necesitaba como base para mercantes y petroleros alemanes de avituallamiento y abastecimiento de combustible y alimentos para los llamados U-boots, lo que permitía alargar sus cacerías sin cuartel al no tener que regresar a sus bases en Francia o Alemania.
Según documentos oficiales, los sumergibles alemanes establecían contacto con los buques nodriza bien en los propios puertos, con el beneplácito de las autoridades franquistas, o en las rías gracias a embarcaciones de motor que se reunían con ellos en puntos convenidos. Incluso existieron rumores -por otra parte absurdos- que afirmaban que habían llegado a entrar hasta los amarres en Rande, en la ría de Vigo, para cargar wolframio, el preciado material que Berlín necesitaba para mantener su maquinaria de guerra. La primera operación en Galicia se produce el 18 de junio de 1940 cuando el submarino U-43, que hundió 23 barcos durante la contienda, entra en Vigo y se coloca al costado del mercante «Bessel» para recibir 101 toneladas de gasoil durante cuatro largas horas. Dos días después, el U-29 repite la operación, aunque en ese caso sólo puede cargar 35 toneladas.
Para evitar suspicacias, los suministros se trasladan a la noche y, por ejemplo, entre noviembre y diciembre de 1941 distintos submarinos, como los U-574 y U-434, llenan sus bodegas del mismo modo. En el caso de estos dos últimos, su objetivo era prepararlos para destruir un convoy aliado procedente de Gibraltar. Sin embargo, la fortuna no les acompañó. El U-434 resultó gravemente dañado durante el ataque y fue capturado por los británicos, que interrogaron a la tripulación. El secreto quedó al descubierto al reconocer los alemanes que se habían reabastecido en «Bernardo», nombre en clave del puerto vigués. Los servicios de espionaje aliados redoblaron su vigilancia en tierras gallegas, que pronto se convirtieron en un verdadero nido de espías. Las protestas de Londres y Washington obligaron al régimen de Franco a impedir el reabastecimiento en puerto y, por tanto, los buques nodriza alemanes se transformaron para aprovisionar en alta mar pero lo más cerca posible de las rías y costas gallegas.
Fuente: ABC
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