martes, 30 de abril de 2013

¿Un supervolcán en Canarias?

¿Un supervolcán en Canarias? 
 





En un momento en el que el mundo parece estar conmocionado por los violentos fenómenos que la naturaleza es capaz de desatar (nada que no haya pasado antes en la historia de nuestro planeta, por otro lado) es normal, e incluso previsible, que corran toda suerte de rumores y especulaciones relativas a próximas catástrofes de alcance global. Hace unos días podía leer con asombro una información publicada por el diario digital El Imparcial. En el artículo "El supervolcán durmiente de las Canarias" se manifestaba el gran peligro que podría suponer una próxima erupción en Canarias. Según el texto, el archipiélago esconde un "secreto terrible" y es que podría ocultar un supervolcán "aún no registrado o estudiado". El Imparcial afirma que "no presenta las estructuras al uso de los volcanes" y que "no tiene una forma cónica, con cráter, sino que se extiende a lo largo de una vasta extensión que, en algunos casos, alcanza el centenar de kilómetros". En definitiva, que una próxima erupción en esta parte del planeta "equivaldría a la explosión de mil bombas atómicas". La consecuencia de este próximo suceso sería el la generación de unas olas gigantes que atravesarían el Océano Atlántico y arrasarían la costa americana. "Las grandes urbes norteamericanas de la costa este y las islas caribeñas serían borradas del mapa. Además, la gran nube de cenizas y polvo cubriría el cielo a escala planetaria afectando a la vida animal y vegetal de manera irremisible". Ante semejante panorama se me ocurrió que debería trasladar a algún experto la cuestión de si, efectivamente, las islas ocultan la existencia de un supervolcán (del tipo de Yellowstone), algo por lo menos hasta donde yo conocía, realmente inédito en lo que se refiere al conocimiento que se tiene de la geología del archipiélago. El geólogo de la Universidad de La Laguna Jose Antonio Rodríguez Losada negó tajantemente tal posibilidad. "Esto no quiere decir que tengamos que negar que vivimos sobre volcanes y en consecuencia que estamos sometidos a un riesgo que tenemos que asumir si queremos ser realistas. De esto a afirmar que estamos sobre un supervolcán pues es distorsionar la realidad de manera desmedida. Sin entrar a polemizar con afirmaciones mal documentadas y mal referenciadas, puedo afirmarte que ni vivimos sobre ningún supervolcán conocido en los foros autorizados ni existe riesgo de supererupción en el entorno de Canarias ni nada que se le parezca" aclaró el experto. Según Carmen López, responsable de la Unidad de Vigilancia Volcánica del Instituto Geográfico Nacional "en este artículo no cita las fuentes de la información ni argumenta hechos contrastados, quedándose en la mera especulación. Por supuesto que varias de las islas canarias tienen volcanismo activo, pero de esto a afirmar que puede haber un supervolcán hay gran diferencia". Para el vulcanólogo e investigador del CSIC, Juan Carlos Carracedo, lo expuesto en la publicación digital no pasa de ser una "historia de ciencia ficción". Así pues, podemos respirar tranquilos pese a la lógica vigilancia que debe suponer vivir en unas islas de naturaleza volcánica. Entonces, ¿qué es lo que puede haber llevado a El Imparcial a realizar estas aseveraciones catastróficas? En mi opinión, la mezcla de de un conjunto de historias mal comprendidas; entre ellas, la posible caída al mar del volcán Cumbre Vieja de La Palma y la inquietante actividad que se ha venido registrando en los últimos años en la gigantesca caldera de Yellowstone, en Estados Unidos. Sobre el Cumbre Vieja, es cierto que existe un modelo que predice un posible desmoronamiento del volcán al mar que podría provocar olas gigantes que arrasarían la costa este de América. De hecho, se ha comprobado que erupciones ocurridas en el pasado han desplazado el flanco oeste del macizo unos cuatro metros hacia el océano. Ahora bien, también es cierto que esta posibilidad es ampliamente discutida por buena parte de la comunidad internacional de geólogos. No se sabe si realmente el volcán caerá al mar en una próxima erupción, ni como lo hará ni si tal acontecimiento generará semejantes tsunamis. En última instancia, dicha erupción no ha ser explosiva, ni este volcán constituye lo que entendemos por un supervolcán. En el caso de la gran caldera de Yellowstone, de una extensión de unos 9.000 kilómetros cuadrados, mayor que la isla de Córcega, en el estado de Wyoming, Estados Unidos, se da la existencia de indicios a nivel geotérmico que hacen suponer que en algún momento, quizás dentro de miles de años, el volcán estallará violentamente emitiendo millones de toneladas de materiales a la atmósfera que podrían cambiar el clima del planeta y la vida en él; algo que ya ocurrió en el pasado provocando extinciones masivas de especies. Pero lo del Yellowstone ya es otra historia. Las noticias referentes a posibles catástrofes han de estar bien contrastadas. De otra manera no hacemos más que alarmar gratuitamente, creando perjuicios innecesarios en una economía, que como la canaria, vive casi exclusivamente del turismo.

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