TERROR EN MONDARIZ
CEMENTERIO DE MONDARIZ
Tenía 27 años cuando esto ocurrió, ahora tengo 35 y aun me dan escalofríos de pensarlo.
Me cogí una semana de vacaciones en mi trabajo y me fui a la bella Pontevedra (Galicia), con cuatro amigos más.
Estuvimos visitando sus grandes vistas y a los dos días decidimos visitar pequeños pueblos del alrededor de Pontevedra.
Estuvimos en Mondariz, una pequeña localidad habitada por campesinos y vendedores, muy bonita.
Llegamos
de noche y decidimos alojarnos en el único hotel del pueblo, situado en
las inmediaciones de un bosque bastante extenso, Juan, uno de mis
amigos, decidió salir al bosque, pero la mayoría nos negamos, realmente
nos asustaba salir en mitad de la noche, y más en tierras gallegas donde
la magia y lo enigmático se apodera de cada rincón.
Pero cerca de la
una de la madrugada de nuevo, Juan, nos volvió a insistir con la misma
pregunta, se estaba haciendo pesado, además no podíamos dormir, eso hizo
que nos aventurásemos desgraciadamente al bosque.
Al cabo de un
recorrido de más o menos un kilómetro, encontramos un pequeño
cementerio, lo rodeaba una verja de hierro forjado, con una puerta
principal. Entramos y vimos únicamente lápidas y tumbas semiabiertas, el
cementerio parecía estar abandonado, al principio no nos ocurrió nada
de nada, pero al salir del campo santo vimos a un señor correr y sin
parar de correr ni un instante nos dijo que nos escondiésemos, que si no
lo hacíamos, moriríamos, nosotros nos empezamos a reír de él mientras
se perdía en la oscuridad, y al recorrer unos pocos metros, escuchamos
una especie de murmullos, al prestar más atención ver un resplandor que
se acercaba al mismo tiempo que escuchamos unos pasos, pasos de
personas. Entonces si que nos asustamos, instintivamente y como si todos
hubiésemos quedado en acuerdo entremos al cementerio de nuevo para
escondernos. No quisimos mirar para ver que era, sólo estábamos callados
y sentimos como, cerca de nosotros pasó un grupo de gente y luego como
los pasos se fueron alejando. Durante los intensos momentos sentimos
todos un olor a corrompido y quemado.
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Cuando ya no escuchamos nada
más salimos y más adelante vimos unas huellas de pasos marcados en el
húmedo suelo, se podía apreciar perfectamente que había pasado un grupo
de gente y que su rastro se dirigía, justo, en la misma dirección donde
se había escondido aquel señor que se fue corriendo.
Finalmente salimos del bosque, a eso de las cuatro de la madrugada para regresar lo antes posible al hotel.
Al
entrar había un anciano, que nada mas vernos se nos puso a gritar,
pidiendo explicaciones del porque salimos de noche al bosque. Le
contamos lo sucedido y él empezó a rezar. Nos dijo algo así como que
estábamos vivos de milagro. Le pedimos explicaciones, se trata de una
vieja leyenda de las enigmáticas tierras de la norte de España, según
nos dijo, por la noche pocos son los valientes que se adentran en las
profundidades de los bosques gallegos y menos en luna llena, puedes
encontrar la muerte y vagar como alma en pena si te encuentras con ella,
con la Santa Compaña, si te ve, te entregan un hueso encendido, a modo
de antorcha y te unes a ella para vagar durante el resto de la eternidad
junto a ella, no se puede mirar, y si te atreves a hacerlo deberás
dibujar un círculo en el suelo y permanecer dentro hasta que pase de
largo, por delante de tus ojos, y si no te atreves a mirar escóndete y
reza, reza mucho para que no te vean. También nos dijo que ese
cementerio estaba ahí solamente para los que fallecían víctimas por la
santa compaña, dicen estar maldecidos y por eso está tan escondido y
apartado del pueblo. ¿Y los pasos que escuchamos?, según el anciano
pueden ser dos cosas, los pasos de la Santa Compaña o las ánimas que
pasaron cerca de nosotros, o que las almas de los difuntos corrían
huyendo de ella.
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A SANTA COMPAÑA |
No sabemos lo que realmente sucedió esa noche, pero
nunca supimos nada de aquel señor que desapareció huyendo entre la
oscuridad de aquel bosque maldito…
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