miércoles, 7 de noviembre de 2012

SAN CAMPIO DE LONXE

 

San Campio de lonxe, también contra el demonio 

 

El más famoso San Campio de Galicia es el de Entíns-Serra de Outes-A Coruña (8), ya que allí se realizan ritos contra el 'meigallo' y se luchaba contra el demonio, ya que era uno de los santuarios, junto con O Corpiño (49), al que acudían personas que se creían o a las que se les consideraba endemoniadas con el fin de quitar al maligno del cuerpo. En la parte trasera del altar de la iglesia de San Orente de esta localidad está la reliquia más importante de este santo soldado romano. Se trata de un cuerpo de cera que contiene en su interior sus huesos, según la tradición. Pero no todos.
San Campio de lonxe

Hoy visitamos San Campio ‘de lonxe’, en la parroquia de Figueiró, municipio pontevedrés de Tomiño.  “Un santuario cinco estrellas”, ya que todo está impecablemente cuidado y el visitante tiene, además de los servicios religiosos que puede encontrar en cualquier otro santuario, un albergue para peregrinos, un museo, merenderos cubiertos, asadores... todo lo necesario para un día de esparcimiento y oración.
Les decía que no todos los huesos están dentro del cuerpo de cera de la iglesia de San Orente, ya que, entrando en el templo de San Campio de lonxe, al fondo a la izquierda, en un nicho en la pared, se encuentra un pequeño trozo de hueso del soldado romano, guardado en un relicario. 
Reliquia de San Campio de lonxe
El San Campio de Tomiño también tiene fama de combatir al demonio. En todas partes de la iglesia hay citas relacionadas con el maligno, con sus tentaciones para la creencia cristiana y –no por casualidad- el sacerdote que regenta el santuario es uno de los pocos de Galicia que practica exorcismos con alguna frecuencia.
Los días de fiesta se puede ver cómo numerosos fieles besan y frotan sus pañuelos sobre una imagen yacente del santo, mientras que algunas madres ‘presentan’ a sus bebés a San Campio. En todo caso, el "de lonxe" también curaba el "ramo cativo" y a los endemoniados.


 En las numerosas dependencias del santuario hay incluso básculas para quienes ofrecían al santo su peso en sal, centeno o trigo; una sala con numerosas ofrendas de cera, venta de libros con la historia del santuario, folletos, estampas y otros muchos "servicios".
Una mujer pasa un pañuelo pro la imagen de San Campio


Sala contigua con exvotos de cera y velas


Cómo llegar: Desde la carretera que une Tui y A Guarda, a unos 14 km de Tui, está correctamente señalizado el desvío hacia la derecha que conduce al santuario

 

Los exorcistas gallegos advierten que las posesiones van en aumento 


Tanto José Luis Portela como José Donsión aseguran que juegos como la ouija «ábrenlle a porta ao mal» y señalan el peligro que conllevan las prácticas espiritistas


No, no se extrañen: hay rincones de Galicia, en especial aquellos en los que el mundo de los vivos convive con el de los muertos, en los que el crepúsculo es más dado a misterios que a silencios. He aquí un ejemplo: mientras cae la noche, cuando la luz del día se va desvaneciendo y José Luis Portela, el párroco del santuario de San Campio, relata, a través del teléfono, su experiencia como sacerdote dedicado a aliviar el dolor de quienes dicen estar posesos; su voz, siempre tranquila, llega al auricular rodeada por los gritos de alguien que, muy cerca de él, emite unos indescriptibles alaridos. Unos sonidos que casi no son palabras, y que parecen nacer del mayor de los sufrimientos. «É que hoxe aínda teño xente na igrexa», comenta el sacerdote, como restándole importancia a los alaridos.


Y entonces, al ser preguntado por la natureza de las voces que se escuchan junto a él, explica, con evidente pena, que la persona -de edad difícilmente imaginable en función de lo que sale de su garganta- que emite esos chillidos, «ata agora mesmo estaba tranquila, pero púxose así ao escoitar que estabamos falando de cousas destas». En ese momento uno se disculpa, como es lógico, por interrumpirlo en plena faena. Y él, siempre amable, tras retirarse del auricular unos segundos para tranquilizar a quien grita de esa manera, regresa al teléfono respondiendo que no nos inquietemos, que nada de inhabitual hay en ello, y que él está allí «para atender á xente». Dice Portela que cada vez le llegan «máis casos» a su iglesia. Algo que él atribuye a la creciente «descristianización da nosa sociedade», y en especial a que «estanse rexeitando os símbolos relixiosos, e a xente deixa de levar no peito unha cruz, ou unha medalla da Virxe, que te protexen, para poñer en cambio colgantes cos que buscan a sorte, amuletos ou adornos que son diabólicos moitas veces».

 
Al cura le preocupa especialmente que «os bancos das igrexas estén medio baleiros», que de los templos falten sobre todos los jóvenes y los niños. Y le inquieta, sobre todo, el aumento de las prácticas espiritistas. «É moi bonito -dice, irónicamente- ver cómo se move un vaso». O cómo recipientes «cheos de auga» se «levantan da mesa», desafiando a las leyes de la física. Pero quien hace eso, comenta el exorcista, está abriéndole las puertas al mal. Juegos como los de la ouija, dice este sacerdote, atraen hacia quienes los practican «o influxo diabólico», que puede acabar, cuenta, en una «posesión».

 

«Rexeitan ao sacerdote»


En su santuario, en el San Campio de Lonxe, en Tomiño, Portela recibe a «unhas trinta persoas diarias por semana, e os domingos ata 150». Sostiene que las posesiones están multiplicándose. «Os que están posuídos -explica, ante la insistencia del periodista- rexeitan os símbolos relixiosos, rexeitan ao sacerdote que lles impón as mans e din que lles queiman, falan linguas que descoñecen...». El exorcista los invita, ante todo, a acercarse a Dios de nuevo, pero advierte que «despois de chamar polo demo, botalo non é sinxelo». Habla de «chamar polo demo» porque no cree en las posesiones nacidas «da casualidade». Dice que al diablo, para que venga, «haino que invocar».


 
A veces lo hacen, señala, quienes acaban siendo poseídos. «E ás veces outros...». Y exactamente de la misma opinión es, por cierto, José Donsión, el cura del santuario de Nosa Señora do Corpiño, en el municipio de Lalín, templo de imponente aspecto que con el de San Campio comparte a día de hoy -antaño tuvieron una relevancia semejante templos como los de Moneixas...- la capitalidad de la geografía exorcista gallega.


No hay comentarios:

Publicar un comentario