Misterio: El Niño de Somosierra
Andrés Martínez, un experimentado conductor, y su esposa Carmen Gómez, viajaban en la de un enorme cisterna rumba a Bilbao, España. El cargamento: 20,000 litros de ácido sulfúrico.
De forma inexplicable, aquel experimentado camionero emprendió el
descenso del puerto de Somosierra, la pendiente es muy prolongada y la
velocidad a la que el iba era suicida. A la altura del límite entre
Madrid y Segovia se produciría lo inevitable: El accidente que
involucraría a otros tres autos... El camión cisterna que transportaba
el ácido era un montón de fierros retorcidos por el que corrían los
miles de litros de ácido abriéndose paso rumbo a las laderas del río
Duratón.
El análisis preliminar del accidente era escalofriante: la cabina del camión había sido aplastada por la pesada cisterna y el ácido mortal caía sobre los cuerpos de los esposos Andrés Martínez y Carmen Gómez. Al no poder hacer nada por ellos, las autoridades se preocuparon por neutralizar los efectos nocivos del ácido. Sin embargo, al caer la tarde una noticia paralizó a las autoridades: el vehículo causante del accidente transportaba un tercer pasajero.
Los padres del fallecido conductor Andrés Martínez denunciaron la desaparición de su nieto Juan Pedro Martínez Gómez, de 10 años, y que se había despedido de sus abuelos antes de abordar junto a sus padres el fatídico camión cisterna. La noticia originó una rápida operación de búsqueda, pero no se encontraron rastros del niño.
Ante el infructuoso rastreo, la primera hipótesis que se deslizó fue que el cuerpo del pequeño Juan Pedro había sido disuelto por el ácido, pero esta teoría fue desechada por los expertos químicos, quienes afirmaron que un cuerpo humano no podía evaporarse a causa del ácido sin dejar algún rastro.
Durante los dos siguientes días la policía rastreó minuciosamente toda la zona, pero la búsqueda no dió resultados. Una parte importante de la investigación era reconstruir el recorrido de la cisterna, para lo cual los expertos extrajeron el tacógrafo del camión, que no es otra cosa que un disco de papel que marca las paradas y la velocidad del vehículo.
Según el tacógrafo, el viaje lo emprendieron a las 7 de la tarde, teniendo como primera parada un lugar llamado la Venta del Olivo, a pocos kilómetros de Cieza, en Murcia. La segunda parada la realizaron a las 0:12 horas en la localidad de Las Pedroñeras. Siendo casi las 3:00 de la mañana llegaron a la gasolinera "Los ángeles", en la entrada de la capital de España. Dos horas y media después efectuaron la parada definitiva en el mesón Aragón, en las faldas del puerto de Somosierra.
El análisis preliminar del accidente era escalofriante: la cabina del camión había sido aplastada por la pesada cisterna y el ácido mortal caía sobre los cuerpos de los esposos Andrés Martínez y Carmen Gómez. Al no poder hacer nada por ellos, las autoridades se preocuparon por neutralizar los efectos nocivos del ácido. Sin embargo, al caer la tarde una noticia paralizó a las autoridades: el vehículo causante del accidente transportaba un tercer pasajero.
Los padres del fallecido conductor Andrés Martínez denunciaron la desaparición de su nieto Juan Pedro Martínez Gómez, de 10 años, y que se había despedido de sus abuelos antes de abordar junto a sus padres el fatídico camión cisterna. La noticia originó una rápida operación de búsqueda, pero no se encontraron rastros del niño.
Ante el infructuoso rastreo, la primera hipótesis que se deslizó fue que el cuerpo del pequeño Juan Pedro había sido disuelto por el ácido, pero esta teoría fue desechada por los expertos químicos, quienes afirmaron que un cuerpo humano no podía evaporarse a causa del ácido sin dejar algún rastro.
Durante los dos siguientes días la policía rastreó minuciosamente toda la zona, pero la búsqueda no dió resultados. Una parte importante de la investigación era reconstruir el recorrido de la cisterna, para lo cual los expertos extrajeron el tacógrafo del camión, que no es otra cosa que un disco de papel que marca las paradas y la velocidad del vehículo.
Según el tacógrafo, el viaje lo emprendieron a las 7 de la tarde, teniendo como primera parada un lugar llamado la Venta del Olivo, a pocos kilómetros de Cieza, en Murcia. La segunda parada la realizaron a las 0:12 horas en la localidad de Las Pedroñeras. Siendo casi las 3:00 de la mañana llegaron a la gasolinera "Los ángeles", en la entrada de la capital de España. Dos horas y media después efectuaron la parada definitiva en el mesón Aragón, en las faldas del puerto de Somosierra.
Es en esta parada donde un camarero vió por última vez al niño
desaparecido e incluso lo describio perfectamente ya que le llamó la
atención que un niño de esa edad aceptara ponerse un sweter y pantalón
de color rojo ambas prendas. El testimonio confirmaba que Juan Pedro
continuaba con sus padres al iniciar el ascenso a Somosierra.
Mientras se continuaba con la reconstrucción del recorrido del fatídico camión, el misterio seguía creciendo. Según el tacógrafo, en la siguiente hora y veinte minutos, después de esa parada en el mesón y antes del accidente, el camionero realizó doce paradas. Los profesionales de la carretera afirman que en un trayecto tan corto como ése no debió haber ni una parada, o en un momento dado una o dos veces como máximo... Entonces qué ocurrió? ¿Por qué paró una docena de veces en poco menos de hora y media?
Pero las dudas aumentaron conforme pasó el tiempo ya que dos años después de este fatal accidente, un niño idéntico a Juan Pedro Martínez Gómez e incluso con la misma ropa fue visto en las cercanías de Badajoz. Pero no solo eso, sino que desde entonces, la policía ha recibido varios reportes de que un niño vestido de rojo, va caminando a la orilla de la carretera casi siempre en las afueras de diferentes poblaciones rurales, pero todas ellas cercanas a Somosierra.
Al no encontrar una solución a este caso, disparatadas conclusiones salen a la luz, como por ejemplo que Juan Pedro fue trasladado a otro plano dimensional, a un punto en el espacio y el tiempo donde se encuentra encerrado. La verdad a ciencia cierta aun no se sabe, pero lo único que no se puede negar en que todo intento de búsqueda fue infructoso. La única prueba que muestra que el pequeño Juan Pedro estuvo en la cabina de la cisterna, es un zapato que le pertenecía... Tal vez por eso sigue siendo uno de los Enigmas y Misterios que mas atrae a los investigadores de lo inexplicable.
Mientras se continuaba con la reconstrucción del recorrido del fatídico camión, el misterio seguía creciendo. Según el tacógrafo, en la siguiente hora y veinte minutos, después de esa parada en el mesón y antes del accidente, el camionero realizó doce paradas. Los profesionales de la carretera afirman que en un trayecto tan corto como ése no debió haber ni una parada, o en un momento dado una o dos veces como máximo... Entonces qué ocurrió? ¿Por qué paró una docena de veces en poco menos de hora y media?
Pero las dudas aumentaron conforme pasó el tiempo ya que dos años después de este fatal accidente, un niño idéntico a Juan Pedro Martínez Gómez e incluso con la misma ropa fue visto en las cercanías de Badajoz. Pero no solo eso, sino que desde entonces, la policía ha recibido varios reportes de que un niño vestido de rojo, va caminando a la orilla de la carretera casi siempre en las afueras de diferentes poblaciones rurales, pero todas ellas cercanas a Somosierra.
Al no encontrar una solución a este caso, disparatadas conclusiones salen a la luz, como por ejemplo que Juan Pedro fue trasladado a otro plano dimensional, a un punto en el espacio y el tiempo donde se encuentra encerrado. La verdad a ciencia cierta aun no se sabe, pero lo único que no se puede negar en que todo intento de búsqueda fue infructoso. La única prueba que muestra que el pequeño Juan Pedro estuvo en la cabina de la cisterna, es un zapato que le pertenecía... Tal vez por eso sigue siendo uno de los Enigmas y Misterios que mas atrae a los investigadores de lo inexplicable.
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