Un paseo por la ruta del misterio en España
Pueblos abandonados, castillos con leyendas y casas rodeadas de intrigas atraen cada fin de semana cientos de turistas
El
turismo de sol y playa es sin duda una de las piezas fundamentales de
la economía de España pero nuestro país alberga pueblos, plazas o
castillos que atraen cada día la curiosidad de más visitantes. Se trata
del turismo de misterio. Belchite, Güímar, San Sebastián de Garabandal o
Pedraza son solo algunos de los puntos del recorrido de una ruta que
cada fin de semana seduce de este a oeste y de norte a sur a cientos de
incrédulos y creyentes.
Sin duda los pueblos abandonados
esconde un encanto especial y son muchos los que guardan entre sus
ruinas los secretos de los que allí habitaron. Uno de ellos es Belchite. Este
pueblo cercano a Zaragoza fue una joya arquitectónica con capillas,
palacios renacentistas, iglesias o templos hasta que fue bombardeada
durante la Guerra Civil dejando un balance de más de 6.000 muertos en
quince días. Quien pasea entre sus ruinas puede imaginar el horror
vivido y para muchos investigadores de lo paranormal Belchite es el lugar por excelencia de las psicofonías.
Aseguran que existen grabaciones que atestiguan los gritos, caídas de
bombas o resonar de campanas de los quince días que convirtieron
Belchite en un pueblo fantasma.
De Zaragoza a Tarragona, dentro del término municipal de Vila Plana, se encuentra La Mussara,
un pueblo «fantasma» desde el año 1956 famoso por su belleza
paisajística, sus vías de escalada y sobre todo por los misterios que le
rodean. En la actualidad quedan solamente las ruinas de unas pocas
casas y una iglesia. Destaca un caserío
junto al cual, se comenta, hay una piedra de gran tamaño que todo aquel
que la sobrepasa va a parar a la «Villa del Seis», un siniestro lugar
que está en otra dimensión. Y es que en La Mussara se han producido
misteriosas desapariciones que a día de hoy aún no han sido resueltas.
Otro enclave misterioso es Jafra. Este pueblo abandonado de la comarca del Garraf en Barcelona esconde varias leyendas aunque la más repetida gira entorno a un pozo en el interior del cementerio. Al parecer en aquel lugar un niño perdió la vida y desde entonces son muchos los que aseguran haber visto la imagen espectral del
pequeño corriendo por el pueblo para después desaparecer como si de un
holograma se tratara. Además cuentan visitantes y vecinos que en
ocasiones cuando llega el atardecer unos lamentos parecer emanar del pueblo sin poder ser ubicados. Pero no es el único enigma que esconde Jafra. Este pueblo tiene su propia «casa encantada»
conocida en la zona como «la casa poltergeist» donde aseguran se
escuchan ruidos, golpes y en ocasiones pasos, como si esta casa en
ruinas estuviese habitada por alguien que no pertenece a este mundo.
De Cataluña a Castilla y León en concreto a Ochate, una localidad abandonada del Condado de Treviño (Burgos)
y que tiene el privilegio de ser uno de los lugares que más leyendas
acapara. Este pueblo del que solo hoy quedan ruinas llegó a ser, en el
siglo XIX, la zona más poblada de toda la comarca hasta que sufrió la «maldición» y en sólo diez años tres grandes epidemias arrasaron
toda la población. La primera en 1860, cuando se extiende la viruela,
de la que apenas sobreviven una decena de personas. El pueblo consiguió
rehacerse pero sorpresivamente en 1864 se propaga el tifus y vuelve a
destruir el lugar. Ochate vuelve a repoblarse, pero en 1870 una epidemia
de cólera sepulta de manera definitiva a las personas que intentaban
reconstruir y repoblar el pueblo. Lo curioso del caso es que ningún vecino de los pueblos aledaños sufrió las enfermedades que acabaron con los habitantes de Ochate.
Siguiendo la ruta llegamos hasta Pedraza un bonito pueblo de la provincia de Segovia que conserva intacta su esencia medieval. Destaca su castillo, convertido en Parador Nacional, cuyos muros encierran historias de amor y venganza.
Cuenta la leyenda que el amor de Elvira y Roberto se vio truncada por
el señor del castillo que los mató por el amor de la mujer. Hoy son
numerosos los testimonios que aseguran haber visto, durante una
determinada noche del año, a dos figuras misteriosas paseando por el castillo y que, además, llevan sobre su cabeza una aureola de fuego.
Otro castillo convertido en hotel y que guarda historias sin explicaciones aparentes es el del Buen Amor en la localidad de Topas, en Salamanca. Se dice que este lugar, levantado sobre los cimientos de una fortaleza del siglo XI, está envuelto por un halo de misterio. De hecho varias personas, tanto trabajadores del hotel como huéspedes que se han alojado aquí, han presenciado hechos inexplicables.
Llamadas de teléfono desde habitaciones vacías, ruidos «extraños» en
sus salas y pasillos o respiraciones de «ultratumba» son algunos de los
testimonios recogidos.
Caras de Bélmez
Una ruta por el misterio de España no podía dejar de lado Bélmez, un pequeño pueblo situado en un enclave privilegiado, en el Parque Natural de Sierra Mágina, en la provincia de Jaén conocido por sus famosas «Caras de Bélmez», un fenómeno paranormal, que ha dado a conocer el pueblo a nivel nacional e internacional.
Hace más de 40 años, en 1971, surgió misteriosamente en una humilde vivienda del pueblo un extraño rostro en el suelo de la cocina ante
la atónita mirada del matrimonio que allí vivía. Tras eliminar la cara
volvió a aparecer diecisiete días después. Se excavó el suelo de la casa
para dar con el problema y la sorpresa fue encontrar restos humanos
allí enterrados. Parapsicólogos acudieron al lugar y registraron psicofonías escalofriantes. En una de ellas se escuchaba «es que yo sigo enterrada» y en otra «Germán pica patio, levanta cemento».
Hoy
las «caras de Bélmez» siguen siendo un reclamo turístico aunque tras la
muerte del matrimonio la vivienda permanece cerrada.
El misterio de la niña de la cueva
Pocos lugares en España desprenden tanto misterio como el Barranco de Badajoz en la localidad tinerfeña de Güímar.
Rondaba el año 1910 cuando un grupo de obreros excavaba en busca de
agua. Tras días de trabajo dieron con una cueva con unas escaleras
ascendentes talladas en la roca. La historia narra que cuando estos
obreros intentaron subir aparecieron dos seres muy altos vestidos de
blanco que les señalaron el lugar donde excavar.
Pero este lugar tiene una historia aún más inquietante que ocurrió a finales del siglo XIX cuando una niña del cercano pueblo de
San Juan fue a pasear al barranco. La pequeña entró en una cueva donde,
según ella misma narró, estuvo durante horas hablando con un enigmático
ser. Cuando regresó
a casa sus padres y parientes eran unos ancianos, mientras que ella
permanecía exactamente igual. La entrada a la cueva fue cerrada por los
vecinos.
Madrid y Sevilla
Las grandes ciudades, a pesar del ruido y el trasiego de sus habitantes tampoco escapan a sus propios fantasmas. En Madrid, en el número 126 de la calle Ayala los
vecinos afirman seguir escuchando hoy en día ruidos extraños aunque la
historia se remonta a los años 80 cuando en este número de la céntrica
calle madrileña existía un llamativo chalé de color amarillo con
cuatro plantas flanqueado por bloques de viviendas más modernos. Muchos
de estos residentes decidieron vender sus casas ante los insistentes
golpes y ruidos que provenían del mencionado chalé. Esta realidad se alimenta de la leyenda
que cuenta que los ruidos los provocaba el alma atormentada de un
obispo que encontró la muerte en este inmueble cuando funcionaba como
prostíbulo.
En Sevilla, las historias de misterio y fantasmas que recorren sus calles son abundantes. Una de ellas nos lleva hasta la capilla, hoy sin culto y convertida en aula de baile, del Hogar Virgen de los Reyes. Cuentan que los que van a formarse allí pueden ver en la balconada del coro a una monja que se manifiesta a los alumnos y profesores con una imagen espectral. También en Sevilla se han podido recoger psicofonías en la Facultad de Bellas Artes e incluso los vigilantes de seguridad han percibido durante la noche manifestaciones extrañas de unos «inquilinos», aparentemente con forma de persona, que se pasean por las escaleras y por los pasillos.
Todos estos casos ya sean realidad o ficción, fantasmas o sonidos retenidos en el tiempo lo que si que es verdad es que el turismo de leyenda y misterio tiene abierta la puerta para recorrer de una forma diferente la geografía española.
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